Comunicación por celular
A la telefonía conocida con el calificativo de celular,
también se la difunde con el nombre de telefonía móvil, aunque se trata de la
misma opción comunicativa. En cuanto a su conformación, es posible destacar dos
grandes partes bien definidas: por un lado, podemos hablar de una red de
comunicaciones, a la que también se la conoce como red de telefonía móvil y,
por el otro, se encuentra la parte terminal, vinculada a los teléfonos móviles,
que son aquellos que permiten que se efectúe un acceso a la red anteriormente mencionada.
Para hacer mención a la gran red de telefonía móvil, es preciso destacar que
consiste en un sistema telefónico, en el cual gracias a la combinación de una
red de estaciones (es decir, de transmisoras y también receptoras de radio),
llamadas estaciones base, con un número de centrales telefónicas conocidas como
“de conmutación”, se puede efectuar una comunicación. La misma se realiza entre
las terminales de teléfonos portátiles (o móviles) o entre terminales
portátiles con teléfonos que forman parte de la red fija más tradicional.
Desarrollo
del teléfono celular
Para viajar un
poco en el tiempo, debemos hacer referencia al primer hito en la historia de la
telefonía celular. El mismo encontró su lugar de desarrollo en Estados Unidos y
su tiempo fue a fines de la década del ’40. Efectivamente, el primer teléfono
móvil (calificativo adoptado en España, ya no de tan frecuente uso) fue
inventado en el año 1947. La empresa responsable de esta creación fue AT&T,
corporación norteamericana. Sin embargo, el invento no había sido enteramente
pulido y su carácter revolucionario solo fue adquirido muchas décadas después.
Es decir, que no fue sino hasta el año 1983 que el teléfono móvil se hizo
definitivamente portátil, al menos no de una forma sumamente práctica. Quien
pudo concretar el objetivo de tan gran magnitud fue la empresa Motorola, cuando
a comienzos de la década del ’80 cierra de manera definitiva un proyecto
conocido con el nombre de DynaTAC 8000X. Este plan fue presentado de manera
oficial en 1984, un año después de que fuera pergeñado. El proyecto consistía,
justamente, en un aparato que pesaba aproximadamente un kilogramo y cuyo tamaño
era de 13 x 1, 75 x 3,5 pulgadas.
Estructura del celular
No es casual que
se emplee la palabra celular para hacer alusión a la telefonía móvil, ya que
las estaciones base (aquellas que tienen la capacidad de enlazar por medio de
una radio los teléfonos celulares con los controladores de las estaciones de
base) se encuentran dispuestas con una forma de malla. Por esta razón, lo que
hacen es formar distintas celdas o células (de ahí el nombre del dispositivo de
comunicación), que tienen la misma composición que un panal de abejas.
Asimismo, cada una de las estaciones base se encuentran colocadas en una suerte
de nudo que tienen estas células y cuentan con un grupo determinado de
frecuencias de transmisión, así como también un grupo de frecuencias de
recepciones propias. Es importante aclarar, además, que los números de
frecuencia con las que cuentan las estaciones base son, por lo general,
ilimitados. Por esta razón, hay una disposición natural o una tendencia a que
se genere la posibilidad de reutilizar cada una de las frecuencias que se posee
en otra de las células de las estaciones base. Sin embargo, esta reutilización no es siempre posible, sino que se requieren algunas condiciones. Cuando cada
una de las células se encuentra demasiado cerca, es decir, cuando sus
respectivas frecuencias son adyacentes, el panorama es otro. En estos casos, la
reutilización no puede producirse por una sencilla razón: la proximidad no es
buena porque puede generar incómodas interferencias entre ellas.
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